
La semana pasada, tuve vacaciones. Al principio, quería ir fuera de España, pero decidí quedarme aquí y descansar y explorar Madrid y los alrededores. Aquí, tengo como una comunidad de gente y por eso, a veces no tengo ganas de salir. Aunque, el tiempo está pasando muy rápido y me doy cuenta que quiero ir a más lugares y al mismo tiempo saborear la compañía de mis amigos.
Un día, fui a Ávila con algunas amigas. Ávila es una ciudad que está más conocida porque tiene una muralla intacta y antigua. Caminamos por encima de la muralla y me encantaba. Me gustan mucho las alturas y la muralla tenía una vista muy bonita del área y las montañas. Cuando estaba en la muralla me di cuenta como mucho del tiempo, la gente olvida elevar la vista. Pienso que es necesario a veces que la gente pare y observe los alrededores para tener un sentido más profundo del mundo. También, quizás porque tengo una imaginación algo salvaje y estudio sociología, la muralla me hizo pensar sobre la historia de la ciudad, el tipo de sociedad que vivía en, y como la gente la construyo para la protección. La historia de las ciudades y en general el mundo es importante para estudiar y espero que prestemos más atención a esto para que no repitamos las cosas malas.
Algunos días después de Ávila, fui a Segovia y me produjo muchos de los mismos sentimientos. El acueducto en Segovia es muy famoso y por una buena razón, es impresionante. Me dio mucha alegría verlo porque en mi clase de arte y arquitectura hemos hablado sobre esto y es genial para mí a ver en realidad también. Nosotros encontramos un camino en el otro lado de la muralla, como en un valle. Los árboles y el matorral estaban descuidados y me gustó el sentimiento de tierra salvaje y la oportunidad de tener una perspectiva diferente de la cuidad.
Hablando sobre perspectiva... fui de senderismo en el área de Navacerrada. Mi amiga y yo no teníamos un plan y cuando el autobús paró en una parada diferente de la que habíamos anticipado, no tuvimos ni idea de donde necesitamos ir. Por suerte, había un hombre caminando con bastones y le preguntamos si él tenía recomendaciones para una tura. Nos recomendó un camino y explicó en español y inglés (porque él sabía inglés muy bien y con direcciones a veces es mejor y no teníamos ganas de estar perdidas). Pasamos mucha otra gente muy simpática y útil. Encontramos la entrada y un camino sin gente. Era maravilloso. El sol brillaba con fuerza y la luz de otoño para mi era preciosa en las hojas. Había piedras de formas peculiares y esperábamos saber más sobre geología. Nos detuvimos en una piedra para comer un poco y pillamos la vista. Pudimos ver muy lejos- más montañas y dos masas de agua. Tuve una sensación de paz y me di cuenta que necesito la naturaleza mucho en mi vida.